En la medida que conozco qué tipo de inversionista soy, podré elegir más oportunamente mis necesidades y expectativas para la combinación de las alternativas de inversión que me ofrecen. Es por eso, que conocer cuáles son mis necesidades y objetivos de inversión actuales, cuál es mi horizonte de inversión, la disponibilidad con la que necesitaré el dinero, el nivel de riesgo con el que me siente más cómodo, resulta tan relevante.
Normalmente se identifican tres tipologías en el perfil de riesgos: Conservador, Moderado y Agresivo.