No en vano Warren Buffett, sin duda uno de
los inversionistas más exitosos del mundo en el siglo veinte, señala que
durante ese siglo “(…) los Estados Unidos sufrió dos guerras mundiales y otros
conflictos militares traumáticos y costosos; la Depresión del 29; una docena de
recesiones y pánicos financieros; crisis del petróleo; epidemia de gripe, y la
dimisión de un presidente caído en desgracia. Sin embargo, el Dow Jones [uno de
los principales índices para medir el desempeño de la bolsa de valores de ese
país] subió de 66 a 11,497 puntos”.
Ante la imposibilidad de predecir el futuro
y especialmente de conocer anticipadamente los movimientos de los mercados
–algo que los inversionistas fallidamente soñamos– lo más importante es
entender que el resultado de una inversión usualmente depende mucho más del proceso
que empleamos para realizarla que específicamente del momento en que decidimos
llevarla a cabo. Las preguntas más relevantes son aquellas que, pese a ser
básicas, a veces olvidamos: para qué invertir; en qué invertir y; cómo
invertir. En otras palabras, cuál es el objetivo que se persigue con esa
inversión, qué tipo de activos son atractivos y apropiados para cumplir dicho
objetivo y en qué manera y con qué estrategias y lineamientos se ejecutarán las
acciones de inversión y desinversión.
Existen algunas estrategias que los
expertos insistentemente recomiendan y cuya práctica conduce regularmente a
mejores resultados, tres de ellas son:
·
La selección de activos, un
proceso que se hace utilizando modelos de teoría de portafolios, cuyo propósito
es lograr la mejor combinación riesgo-retorno. Su correcta ejecución
normalmente deriva en un portafolio balanceado y eficiente, en otras palabras:
en no poner todos los huevos en la misma canasta y buscar las canastas que
mayor beneficio nos otorguen.
·
La ejecución de operaciones
escalonadas, un plan de inversión y desinversión a lo largo del tiempo que
evita comprar o vender todo en un mismo momento al vaivén de los mercados y así
permite poder suavizar el impacto de un posible cambio repentino de los precios
de los activos en los que hemos invertido.
·
El constante monitoreo de la
inversión realizada, del entorno que la afecta y de la información relevante. Este primero,
usualmente basado en análisis de riesgo y desempeño y ejecutado a través de
medidas como la volatilidad, el Valor en Riesgo (VaR), el Sharpe-Ratio y otras menos complejas como lo es el análisis de
comparables (benchmark). Y los dos
últimos vistos como herramientas de apoyo en la toma de decisiones de inversión.
Infortunadamente, la correcta ejecución de
estas estrategias no siempre está al alcance de todos porque quizás muchos no
contamos con la experiencia, el conocimiento o el tiempo necesario para
realizarlas. Sin embargo, existe una forma de acceder a ellas: invirtiendo
ahora a través de los fondos de inversión.
"Warren Buffett."
BrainyQuote.com. Xplore Inc, 2014. 10 November 2014.
http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/w/warrenbuff413420.html